A todos ustedes allí fuera, donde sea o cuando sea que crean encontrarse,
estáis invitados a esta reunión.
Es una celebración del retorno a casa de los maestros de Dios.
Eres uno con nosotros, tal como juntos somos uno.
Te invitamos al advenimiento milagroso de la reunión de tu mente con la Mente de Dios.
Has recorrido un largo trayecto, estás mucho más cerca del final de lo que crees.
Ahora es el momento, por fin, de liberarte a ti mismo de este mundo
caótico de soledad, pérdida, dolor y muerte.
Un mundo construido por la pesadilla de tu propia identidad.
Ven pues, libérate de esta carga de miedo y duda que creíste
una parte necesaria e inescapable de tu existencia.
Ven y libérate para que el mundo pueda liberarse.
Ven ahora a esta celebración, tú, con tu carga agobiante.
Te invitamos a vivir la experiencia de las energías incomparables
de la sanación del amor emanando de este círculo de expansión eterna.
Está formado por maestros de Dios y por su compromiso intransigente
al reconocimiento de la transformación espontánea y milagrosa de la iluminación
de sus mentes y cuerpos individuales.
Escucha con atención: permanece atento al amor que te rodea.
Ven y deja a un lado los resentimientos de tu viejo ser, miserable y temeroso.
Estás entrando en un continuo de tiempo acelerándose rápidamente
y aunque es completamente nuevo es muy antiguo,
en el que te reconoces a ti mismo como una creación perfecta de Dios.
A medida que ingresas a este nuevo continuo,
es importante recordar que es totalmente imposible encontrarte con
un extraño en cualquier instante o lugar.
Los celebrantes de este encuentro al final del tiempo que están
compartiendo la experiencia continua de la gracia de Dios, finalmente,
son sólo sujetos del drama de tu propia realidad temporal en curso.
Aquí conoces a todos los celebrantes y los conoces bien, pues en verdad,
y sin importar que forma asuman, guardan para ti cada pensamiento
y acto amoroso que has compartido desde el principio del tiempo.
Son todos imágenes vitales contenidas en el milagro
de tu propio renacimiento y resurrección personal.
Recuerda también que este viejo mundo de desolación y separación
que compartiste con ellos hasta ahora; todas esas imágenes extravagantes
de vuestras memorias mutuas de muerte que emanaron de vuestra
incursión momentánea en este mundo, ya acabaron y desaparecieron.
De hecho, acabaron y desaparecieron hace muchísimo tiempo.
Estás imágenes son sólo la historia de un error que pasó y se olvidó mucho tiempo atrás.
Libéralas de la esclavitud del espacio y del tiempo fantaseado con temor
por tu propia identidad temporal sin significado.
Míralos como se convierten en luz junto a ti al culminar
la metamorfosis revolucionaria e inevitable de tu propia identidad humana
a la mente singular universal de la realidad eternamente creativa.
Bienvenido entonces, otra vez, de una jornada que no fue a ningún lado
y que en realidad no tomó tiempo alguno.
Pues en realidad, nunca has dejado tu hogar en el Cielo.
Entra con gracia a esta frontera entre el tiempo y la eternidad
con perdón y amor en tu corazón, para que experimentes la certeza milagrosa
que sigues siendo, y que siempre has sido la dicha eterna perfecta
y la felicidad que es la mente creadora de Dios.
Observa entonces la luz que te rodea. Observa entonces la dicha de estos maestros
cuando te declaran que eres perfecto tal como Dios te creó.
Bienvenidos, bienvenidos todos.