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Demostrando la manera de tu escape
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La idea de hoy continúa con el tema de que la dicha y la paz no son sueños vanos. Tienes derecho a ellos por razón de lo que eres. Te llegan procedentes de Dios, Quien no puede dejar de darte lo que Él dispone. Pero primero tiene que haberse preparado un lugar donde recibir Sus dones. Pues éstos no son bien acogidos por la mente que ha aceptado los regalos que ella misma fabricó allí donde sólo a los de Dios les corresponde estar.
Hoy queremos deshacernos de cuanto regalo inútil nosotros mismos hayamos fabricado y depositado ante el santo altar donde sólo a los dones de Dios les corresponde estar. Sus dones son los que en verdad son nuestros. Sus dones son los que heredamos desde antes de que el tiempo comenzara, y los que seguirán siendo nuestros después de que el tiempo haya pasado a ser eternidad. Sus dones son los que se encuentran en nosotros ahora, pues son intemporales. Y no tenemos que esperar a que sean nuestros. Son nuestros hoy.
A los así llamados terapeutas:
Confirmas tu proceso de muerte mediante la aplicación específica de tu estructura limitada de la mente. Si todas las opiniones que tienes de ti mismo son falsas, y te aseguro que lo son, ¿por qué le das más credibilidad a unas que a otras?. De una vez por todas, Maestro de Dios, las opiniones que tienes de ti mismo, o de tus enseñanzas, no tienen validez. Es hora que aceptes la certeza de que la Verdad no tiene nada que ver con tu idea al respecto. Todos tus pensamientos son irrazonables porque tu idea acerca de ti mismo es irrazonable. Jamás tendrás éxito en convertir lo irreal en real.
En tu propia consciencia te has convertido en un gran fardo de irresolución. Estos dilemas que no has resuelto siguen surgiendo para hacerte daño. Forman la base de todos los mecanismos de defensa que has construido como barreras a la Verdad. Todos proceden de una base de la negación fundamental de tu propia realidad singular.