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Demostrando la manera de tu escape
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He aquí el segundo paso que damos en el proceso de liberar a tu mente de la creencia en una fuerza externa enfrentada a la tuya. Tratas de ser amable y de perdonar. Pero si no recibes muestras de gratitud procedentes del exterior y las debidas gracias, tus intenciones se convierten de nuevo en ataques. Aquel que recibe tus regalos los tiene que recibir con honor, o de lo contrario, se los quitas. Y así, consideras que los dones de Dios son, en el mejor de los casos, préstamos; y en el peor, engaños que te roban tus defensas para garantizar que cuando Él dé Su golpe de gracia, éste sea mortal.
La felicidad yace abundante en la expectativa.
¡ESPERA A DIOS AHORA!
Lo mismo se puede decir del AMOR.
¡ESPERA EL AMOR AHORA!
Mantén la mecha corta.
Mantén la lámpara llena.